El proyecto Ozó, impulsado por la empresa distribuidora Sentits Barcelona, apoya iniciativas que impulsan acciones
para preservar nuestro planeta. Cada añada, se escoge un proyecto al que se da visibilidad en la etiqueta de la botella. Este año han escogido el proyecto Ramats de Foc y parte de los beneficios de la venta del vino irán al proyecto.
El vínculo entre Ramats de Foc y Ozó, se establece en que en el contexto actual de cambio climático, ambos proyectos contribuimos a crear un paisaje mosaico, es decir, un paisaje donde la agricultura y la ganadería extensiva crean discontinuidad forestal, ayudando a mitigar el riesgo y el impacto de los incendios forestales. Igualmente ambos apostamos por una economía rural dinámica y ponemos en valor la contribución de los agricultores y pastores al mantenimiento de un patrimonio cultural, social y de conocimiento, al tiempo que damos relevancia a su trabajo y profesión. En definitiva, queremos transmitir el mensaje de que con el consumo de productos de Ramats de Foc y el Proyecto Ozó se está ayudando a mantener un mundo rural vivo, y paisajes preparados ante los impactos del cambio climático.

El proyecto Ozó consiste en dos tipos de vino, blanco y tinto, que se elaboran a partir de la variedad Garnacha blanca y tinta, característica de la zona de Terra Alta. Tal y como dice el díptico promocional de Ozó, en el sur de Cataluña, entre el río Ebro y la frontera con tierras aragonesas, se encuentra la cuna de este vino. Un terruño propio de interior pero con las influencias del mar Mediterráneo donde las viñas se extienden en terrazas irregulares sobre un suelo rico en calizo y yeso. Mayoritariamente concentradas en el tercio central de la zona de producción, entre 350 y 550 metros de altitud. Crecen en un clima continental con abundantes horas de sol y escasa lluvia. Rodeadas de cordilleras y pequeños ríos, bosques de encina y pino carrasco, los viñedos trabajan en condiciones límites.
Estas son las características de los dos vinos del proyecto Ozó:

